martes, 30 de noviembre de 2010

Nota #7 (Music)

Mi primera presentación de orquesta fue ésta noche, la última para muchos de mis amigos y conocidos. A veces miraba a ese grupo en los escenarios y me preguntaba cómo sería, convencerte que de verdad un instrumento se hizo parte de tu cuerpo y ahora es como un brazo o una pierna, y de manera más sentimental, como el hijo o hija que por el momento no podemos tener.
No hay nada mejor que tocar un instrumento, que poder sentir la música. El Culto de Navidad es uno de los más importantes del año, quizás porque también es el último en donde participa la orquesta y el coro. Por el momento, se me cierran mis ojos, pero yo aún sonrío con ese sabor dulce de saber trabajar en grupo, de haber hecho un buen trabajo.
Lo cual me hace pensar mucho en que el próximo será mi segundo y último año en la orquesta, quisiera mucho haber podido ingresar hace años, para disfrutarlo a manera lenta, deliciosa. En fin, ojalá todos tuvieran la bellísima experiencia de tocar en una orquesta o en grupo o incluso de hacer un simple dúo con alguien.
¿Saben qué? La música es vida, en sí.
Me muero de sueño, de hambre y de satisfacción.
¡Buenas noches!

1 comentario:

Reinhardt Langerhans dijo...

Idem
No hay nada mejor que tocar un instrumento, dejar fluir la música que nace de ti y volver a ese objeto el receptáculo de tu sentir.
Y mucho mejor si es en grupo; yo suelo practicar duetos con un amigo violinista igual y es una sensación bonita el fusionar dos partes de música que se vuelve una sola, tal cual coalición de almas en una danza etérea.
Y bueno, podría decir sobre la Música, que "soy músico y amo en clave de Sol" (palabras sabias de Mägo de Oz)

Un saludote, colega violinista.
Tambien me saludas a Herr Vladimir de parte de Shannon (mi violín):3