martes, 23 de noviembre de 2010

Sermón a Tu Siesta Hormonal

Nunca comprenderé el silencio
aquella mortuoria compañía
que siempre llevarás en tu regazo
en la inyección fría de tus ojos
y la calidez tímida de tus brazos

No entenderé porqué eres un beato
aunque uno muy abstracto
porqué tus manos yacen tan tranquilas
estando rodeadas de tanto pecado
tantas carnes y tequilas

Eres un enigma, en tu pasividad de santo
inmaculado yaces, con la mirada perdida
¿Será solo una sospecha mía?
Quizás, tenga que ver con tu hombría
¡Pero no! Eres enigma, en puro
con una naturaleza celestial

No entiendo. No anhelas errar como humano
no tienes escarchas de lascivia
tu organismo parece estar durmiendo
y sin embargo, en mi despiertas
los más paganos sentimientos

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