domingo, 30 de agosto de 2009

Carcajada

Las ultimas horas de este Domingo, mi último día para respirar, me tomé la molestia de mirar tus fotografías, perdidas por ahí en algún lado que yo ya no quería recordar.
Nadie me observaba y nadie jamás sabrá que lo estaba haciendo. Miré una por una (no eran muchas, no tengo galerías de ti) y cuan pasaban los segundos me comencé a reír sin tener conocimiento de aquello.

Reitero, no me estaba burlando.

Me estaba riendo porque estaba feliz de saber que existías todavía y que vas a estar siempre aquí. Soy específica, me refiero a AQUÍ mismo.
Vas a estar tomando té en el comedor, mirando por el balcón el silencio, lavándote las manos frente al espejo del baño... sentado en el sofá de la sala.
La imaginación es una maravilla.
Puede que algún día decida no aparecerte jamás pero ya no me hará el daño que me hacía antes. Porque ahora puedo imaginarte, una figura nebulosa de como eres y pensar que deambulas por mi casa como fantasma, que me esperas después del colegio y que miras desde el otro lado de la habitación cuando me voy a dormir.
Siempre estarás aquí.
Me vuelvo dueña de tu recuerdo a partir de ahora.
Quieras o no, vas a estar aquí hasta que me haga mayor y me olvide de ti por culpa de los años.
Y aunque no lo creas... yo también estaré ahí contigo.
Solo que tu jamás me verás.

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