Exijo un poco de paz, por favor. Llevo trece años viviendo en el mismo lugar, observando a las mismas personas por las calles pasar. Absorbiendo el humo de las chimeneas desde mi ventana, contando las manchas de polvo en la mesa.
Trece años... trece largos años.
Y a pesar de que todo es muy monótono por aquí, no encuentro el día en que no me sienta como un árbol sin raíz. Camino por las calles, y me exigen que levante la cara
¿Para que? ¿Con que propósito?
Si levanto la cara sería solo para demostrar a más personas mi sensación de flor arrancada. Quisiera extraer un poco de felicidad de todas aquellas personas que conozco, así como se contagia un resfriado, quisiera tener fiebre de tanto gozo y se me impide. ¿Que es lo que tengo? ¿Acaso alguna enfermedad?
Me siento a tomar una taza de café, imaginando a las personas mas importantes para mí conversando, y cuando planeo darles un abrazo se desvanecen como niebla cuando aparece el sol. Si... tal vez sea un árbol sin raíz, pero y eso que más da, es muy tarde, para que me vuelvan a sembrar.
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