Nunca pensé que iba a ser tan malo. Toda mi vida estuve convencida que cuando me llegara el momento, iba a saber que decir, como defenderme, como mantener la calma. Ahora se que uno no puede opinar de algo que nunca le a pasado. Y fue horrible. Martes 6 de mayo. Completamente sola en casa, mi padre estaba de viaje. Estaba terminando de agregar unas cosas a mi trabajo en la computadora, cuando el teléfono sonó por primera vez en ese día. Me levanté y fui corriendo a contestar. En cuanto me puse el teléfono al oído, salió una voz ronca y masculina que dijo claramente "Te vas a morir" en cuando escuché esto colgué. Con las manos temblorosas vi el número que me había llamado y lo apunté. Fui de vuelta a la computadora tratando de relajarme pero no podía. Sentía frío, ya no me sentía segura en mi propia casa, y mi madre aún no llegaba. Le dejé dos mensajes de voz en su celular, desesperada, pero no conseguí resultado alguno hasta que llegó a casa. Una llamada amenazadora. Ahora se como se siente, ya no me parece algo insignificante. Es realmente espeluznante. Te vas a morir... pues lo hice, pero del susto.
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