Una vieja canción de violín, resonando en mis oídos durante toda la noche, inundándome de pena... que melancolía, que frágil. ¿Que es esto? ¿Algún mal que siempre tuve? ¿Alguna maldición? Me veo más pálida, con las manos heladas, con la misma canción de violín... dentro de mi cabeza. Y de repente veo a una niña corriendo entre los juegos de su escuela, viendo como todos se alejan, la veo columpiándose... volviendo a casa con una triste expresión.
Veo a la misma niña más grande, volviendo a los juegos de su infancia igual de sola, y esta vez las lágrimas no pueden evitar salir de sus ojos.
Maldice aquel día en que se dio cuenta todo, en que vio la cruda verdad de todas las cosas, el día en que arrancó las alas, a las mariposas que hacían todo verse mejor. Y ahora todo es igual... la canción de violín no llega a su final, las calles desiertas, el crudo invierno. Ahora me vivirlo en carne viva, preguntarme cosas dentro de mi cabeza, andar descalza, sintiendo el hielo en mis pies. La nieve invisible inunda mi hogar... todo se ve tan callado y tranquilo.
Y ahora que hacer, esperar a que llegue el final de mis días, pedir a todos perdón... que queda por hacer, antes que llegue el triste final. Así esta todo ahora... la canción de violín se terminó, junto con los latidos, de mi lastimado corazón.
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