lunes, 7 de mayo de 2012

Sostenido

Escuchaba entre el arco iris enfermo y la brisa,
el relato más triste del mundo
y lloraba mi corazón tan enfermo
porque a tus heridas, no hay nada que las cierre

Pensaba con el blanco triste de la pared,
en el verso más débil de mi arteria
y sangraban mis cicatrices del verbo
porque a tus tristezas, no hay nada que las describa

Soñaba entre la pesadilla y el sueño imperfecto,
en el deseo más secreto de la tarde
y sollozaban mis ramas tan viejas
porque a tu amor, no hay nada en mi que lo despierte

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