Sueños, dulces sueños. Mañana van a sodomizarme las neuronas con matemática por la mañana. El plan es el siguiente: Comprar mis lienzos y pinturas, conseguir más vino, ir a tocar violín a la casa del profesor E y ser -por lo menos intentar- feliz en mi caos.
Mi vida es mejor desde que instalé de nuevo mi teclado en mi claustro.
Ah, la belleza de joder las noches de mis vecinos con Tchaikovsky.
1 comentario:
Naturalmente, Bárbara.
Todos los vecinos del mundo gozan con ser jodidos con buena música en la madrugada, o al menos, también pasa aquí en México :3
Saludos diurnos, señorita (#)
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