martes, 31 de julio de 2012

Mañana

Sabes que las cosas han cambiado cuando miras a tu padre y sabes que no es más el héroe, si es que en algún momento lo fue. Ya no hay nada glorioso en lo que hace ni en lo que dice, no es el guerrero que va a protegerte de todos los monstruos del armario, es solo otro hombre con problemas y momentos alegres, un hombre con hambre, sed, lágrimas, erecciones, ganas de vivir y de morir. 
Sabes que nada será igual cuando tu madre intenta golpearte y no se te pasa por la cabeza convertirte en víctima, entonces cuando gritas "¡No me toques!" y poco después te preguntas si de verdad te defenderías de tu propia madre, o si dejarías que se cumplan sus expectativas y te aguantarás una bolsa de zapatos o una mano estallando contra tu espalda. 
Sabes que todo ha cambiado cuando la felicidad deja de tener un significado y ahora solo quieres estar tranquilo, dejas de saber qué significa ser feliz y te lo preguntas miles de veces hasta que llegas a la conclusión que siempre estuvo ahí: No sabes qué es lo que sientes, a veces ni siquiera sabes quién eres, pero lo único que importa es estar tranquilo.
Entonces todo comienza a despellejarse de a pocos. Esa piel suave, tersa y de colores que fue la infancia, porque siempre he creído que las infancias tienen menos monstruos que los años que se le vienen después, se va despedazando poco a poco hasta volverse ceniza. La nueva piel, seca y accidentada como la de una serpiente vieja solo nos ha dicho que las cosas han cambiado y nada será igual.
Uno deja de los zapatos debajo de la cama y no importan los resfriados del futuro por andar descalzo, fumar da cáncer y tampoco importa, mucho menos perderse entre las luces de la ciudad recordando que antes todo parecía estar tan bien, de repente en un momento todo se fue a la mierda y lo único que pedimos, es no estar solos cuando nos vayamos hasta el fondo.
Nos vamos caminando por el camino o por el pasto verde y largo que crece a los costados.
Y uno sabrá a dónde se está dirigiendo, solamente cuando llegue al lugar.

2 comentarios:

frente de dirigentes s m p dijo...

La tranquilidad es mi felicidad.

Puedes tranquilo mientras tu alrededor se destruye, cuando lo establecido se hace añicos. Solo basta con soñar despierto.
Estos son problemas de pubertad.

La felicidad es mi tranquilidad...

~Vero~ dijo...

uno quiere q las cosas se queden tal cual estaban cuando se da cuenta de q está llegando al diferente... y lo diferente da miedo, no por ser diferente sino por ser desconocido.
Y yo por ejemplo, no quiero crecer.

Muy lindo tu blog... ♥pasate por el mío algún día.