sábado, 21 de julio de 2012

Góndola I


Qué felicidad más amarga 
como las naranjas pútridas del pasado 
que colgaban de la melodía sonriente, 
echa agua en tu sangre color rosa 
hambrienta de luces 


Bailando tomados de la mano 
alrededor de los vidrios que adornaron 
la pesadilla del fuego hecha flores 
ardiendo sigilosas en el calor de la risa 


Perdería yo, la ceniza que arrastra 
la dama de velo hecho jirones 
que guiaría a las almas enfermas 
de la ciudad invernal



Bajo el ala de la promesa violenta y sangrante 
al lado de la noche de crucifijos 
en el circo cancerígeno del amor 


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