Qué felicidad más amarga
como las naranjas pútridas del pasado
echa agua en tu sangre color rosa
hambrienta de luces
Bailando tomados de la mano
alrededor de los vidrios que adornaron
la pesadilla del fuego hecha flores
ardiendo sigilosas en el calor de la risa
Perdería yo, la ceniza que arrastra
la dama de velo hecho jirones
que guiaría a las almas enfermas
de la ciudad invernal
Bajo el ala de la promesa violenta y sangrante
al lado de la noche de crucifijos
en el circo cancerígeno del amor
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