No queda nada tuyo
que yo pueda amar
ni la ruina de llanto huérfano
ni la ceniza de un sueño
Pero se muere el amor
bajo la sombra de tus manos
protegiendo del frío y del tiempo
tu corazón enfermo
y hecho pedazos
Tan muerto como las noches
como la lágrima de aquella espina
como el día en que me sorprendí
comiendo tristes rosas,
y pensando en ti
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