martes, 10 de julio de 2012

Terapias De Verano

La doctora Pesadilla me dijo que apague el cigarrillo, pero yo no estoy fumando. Espanta el humo con un gesto extraño de las manos, cierra los ojos redondos detrás de esas gafas de lunas infectadas de huellas dactilares y me sonríe. "¿Cómo te sientes hoy?" Las cesiones duran dos horas, a veces más, en su casa-consultorio en el centro de la ciudad, en la quinta puerta del segundo piso de un edificio enano y descuidado. Tiene dos macetas en la entrada, una es de orquídeas y la otra planta es de plástico, está cubierta de un polvo fino al igual que todo en aquel lugar. Miro los almohadones del sillón con tonos floreados y suspiro. "¿No me vas a contestar?" He dicho miles de veces que no quiero regresar, la doctora Pesadilla no sabe lo que dice, siempre me hace sentir cosas terribles, ella es "¿Te sientes triste?" insoportable, le pedí que no me mandaran de nuevo. Estoy bien, digo, solo tengo sueño. 
Toma notas en un cuaderno, tiene las manos grandes y regordetas, un aro de oro estruja su dedo índice y a veces quisiera que la falta de circulación lograra despegarlo del resto de su mano. Sonrío, ella toma notas. "¿No estás durmiendo bien, entonces? ¿Tienes pesadillas?" El olor dentro de esa casa es un vómito de inciensos con lavavajillas y cena de hace dos semanas, me marea, es peor de lo que pensé, siempre. La doctora me dice que apague el cigarrillo, le digo que no estoy fumando, que yo no fumo, nunca había fumado y cuando comience no me detendré, quizá si me muero de cáncer en su sala me deje salir, arroje mi cadáver por la ventana y deje de tomar notas. "No duermes bien. Eres desordenada hasta en tus horarios para descansar". No lo soy, no la oigo, quizá sí lo sea, me gusta el caos, todos lo saben y no son psiquiatras, hay personas que lo comprenden y no tienen una casa-oficina ni un ridículo diploma colgado de la pared.
"¿Quieres que te internen?" No. Nadie va a internarme. No lo necesito. Y si van a hacerlo que sea lejos de ella, lejos de absolutamente todo, un par de meses en batas blancas, no sé. No sé. "¿Has tenido enamorados? ¿Mantenían relaciones sexuales?" Nadie va a tocarme nunca, estoy maldita, me como a las personas, doc, me como sus almas con el dulce de la tristeza. La doctora Pesadilla me dice que deje de fumar, pero no la entiendo, no la escucho. Nunca lo he hecho. Me pide que haga un horario, un esquema de mi vida, me deja tareas, resume tu existencia en diez palabras dibujadas como en un nudo de horca, qué te parece ¿Quieres ser feliz? 
Camino a casa lloré en cuanto subí al taxi y mirando las viejas calles del centro de la ciudad, mientras mi mamá me preguntaba qué me pasaba, le dije que si me amaba, nunca más regresáramos a aquel agujero sin numerar del infierno. 
Pero no fue así. 
A veces solemos ser arrastrados por el peso de nuestra propia sombra. 



1 comentario:

~Vero~ dijo...

siempre quise ir al psicólogo... para sentirme "comprendida" por lo menos una vez.

amo tu blog.
besos