sábado, 28 de julio de 2012

Vacíos De Dilatación

Pasé el día viernes con las pupilas dilatadas jurando que todas las luces de la ciudad se habían convertido en un arco iris circular con vida propia, cristalizado y que en cualquier momento comenzaría a partirse en miles de pedazos para engendrar nuevas luces. Caminaba escuchando Crystal Castles y riendo ante los autos que pasaban rápido, las luces de los chifas y las personas. El doctor dijo que el efecto se iría al día siguiente y que por el momento no forzara la vista ni mirara luces brillantes ni hiciera locuras, pero ya es bastante usual que lo poco que se entiende de los doctores se quede apuntado en una receta dentro del bolsillo. Esta mañana la dilatación desapareció, pude observar las cosas de nuevo tal como son, firmes, en una dimensión y tan huecas como de costumbre. 
8:30
Pero esta mañana también desperté con una sensación anómala, un vacío totalmente diferente y es porque tuve una pesadilla que a comparación de todas las anteriores de este mes, no tuvo sangre ni vísceras ni niños judíos envueltos en vendas, pero sí personas que conozco y palabras que sonaron brutalmente reales, claras, nítidas. Nunca le hablé a la la doc. Nelly de mis pesadillas, estoy segura que le habrían gustado escucharlas, siento que de alguna manera le hice el trabajo más entretenido. 
Si es que ser un profesional de la salud mental puede ser algo más entretenido todavía. 
Terminé el largo proceso de exámenes el día miércoles después de una noche de alcohol y de cumplir mi ronda de ángel guardián en la fiesta de Rentería. Amanecí al día siguiente para dar un examen de francés y a la mitad de un verbo el mundo dio una vuelta completa. Flotando entre las nebulosas de una noche larga, fui al consultorio de la doc. Nelly a resolver unos exámenes bastante simpáticos, por no decir que me golpearon el cerebro con una patada voladora y descubrí que tengo una memoria desastrosa y el día viernes me dan los famosos pergaminos de mi estado mental. Vaya maravilla
La vida transcurre en la preocupación absurda y colorida de mis padres por mis reacciones, los buenos amigos yendo y viniendo y una lista enorme de cosas que tengo que hacer para salir de aquí y es porque necesito salir de aquí. Crack nervioso el día lunes por la noche y le he declarado la guerra ideológica a mi papá. En son de paz, han decidido secuestrarme a una fiesta este sábado por la noche y solo aspiro a beber y hundirme en mis pensamientos, darle revolcones de mugre a las ideas. Las pesadillas, sobretodo. 
Larga vida a la dilatación. 



Req.

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