lunes, 30 de abril de 2012

REC.


Nadie podría explicarte
que me arrancaría las alas por alcanzar
el tacto indiferente de tu cavidad solitaria
donde se esconde el frívolo corazón
y se aleja del verso

Nadie podría decirte
que me tragaría las espinas por observar
el bosquejo de tu sonrisa otoñal
donde duermen los sueños y las pasiones
y fallece mi calma

Nadie podría detallarte
que me extirparía la vida por respirar
en el bolsillo izquierdo de tu pecho olvidado
donde se asfixia el verbo
y se ensombrece la vida

Desmotivaciones #4


Salvatierra: [...] "Por que se murió mi amor cuando te fuiste"
Yo: Me voy a escribir versos. No puedo con esto.
Salvatierra: Anda, ve tranquila.
Yo: ¿Quién puede escribir versos tranquilo?
Salvatierra: Dije que vayas tranquila, no que escribas tranquila.

domingo, 29 de abril de 2012

Luces Muertas

Quizá nadie llegue a comprender de verdad cuánto la odio y que daría todo por desaparecer sus pasos, el eco de su voz que nunca llegó a mis paredes y su risa de loca, de demente sin arreglo. Ella, que representaba la depresión y la bipolaridad, las clínicas, las lágrimas y la risa. No, definitivamente nadie llegué a comprender cómo quisiera hacerla desaparecer y al mismo tiempo dejar que se quede el tiempo que quiera, para siempre, si es que existió en su diccionario la palabra eternidad.
Tengo unas hojas arrugadas en los bolsillos que ella nunca leerá, canciones ridículas y manoseadas que escucho intentando alejarla de la letra, separar ese hilo de carne y emociones que la une a todo lo bello, todo lo maldito y todo lo que está tan loco, demente y retorcido como ella. La loca, con su corte en el antebrazo izquierdo que se hizo cuando se intoxicó de alcohol una noche de hace años, con las cicatrices de su torpeza infantil plasmadas en sus rodillas raras y el sendero siniestro de marcas que le dejaron las alergias y su vida de caídas en donde se puso de pie y cojeando, continuó caminando sin saber a dónde se dirigía.
Quizá es algo así lo que nos une, así de lejos como estamos, ninguno de nosotros tiene la menor idea de adónde va y caminamos, cojeando y muy pronto arrastrándonos, por caminos extraños y raros. Pero nadie mejor que ella para lo que está chueco y torcido, todo lo malo, todo lo que está manchado de sangre, brea y errores; esa es su área, su campo de estudio. Nadie podría explicar mejor la muerte, la belleza y el perdón que ella, que nunca murió, que nunca se vio bella y tardó más de diez años en perdonar a los demás, pero nunca a sí misma.
Encontrarla fue encontrar la contradicción, la tristeza riéndose de sí misma en su máxima representación humana. Bebe y rechaza cigarros, se ríe de todo y mira la noche por la ventana con una mezcla de miedo y admiración, se llena de coraje y grita, se hace heridas en la cabeza, se muerde las manos y cuenta historias, cuentos largos, ayuda a la gente a encontrar su camino, pero no tiene la menor idea de qué decirse a sí misma para dejar de estar tan triste, tan muerta y sin embargo, tan llena de vida.
Ella, con su risa de loca y sus ojos que pronto no leerán más libros y esas manos que en algún momento dejarán de escribir en las paredes y buscar entre lapiceros y hojas blancas, un verso del cual agarrarse para no morir.
Pero aunque se hunda en la tierra y esta se la devore y en unos años no sea más que polvo del polvo y no quede nada de sus uñas ni de sus pestañas y sus ojos sin brillo, no descansará en paz.
Y recordaré su nombre hasta que me toque morir.
Quizá entonces estemos de verdad juntos, allá, al otro lado de una vida que no supimos vivir.

Amargo Abril


El día viernes bebí alcohol después de varios meses de abstinencia y luego de charlar sobre la vida y de la muerte con una amiga, me retiré a terminarla mientras veía la maratón de Hannibal Lecter en televisión. Casi arrastrándome por el pasadizo, podía ver a Buffalo Bill en su danza transexual frente a la cámara.
Escribo esta entrada en una mañana fría de domingo, en uno de los momentos más grises de lo que llevamos del año y solamente hemos vivido cuatro pequeños meses de los doce que nos quedan. No recuerdo ya qué cosas pedí en Año Nuevo ni a qué pedazo de sueño se dedicaron cada una de las doce uvas que comí antes de beber champán. En todo caso, los sueños han quedado atrás porque ya no sé cuáles son y declaro con mucha tristeza que es la primera vez que me detengo a declarar qué es lo que me sucede.
Y el primer paso, es admitir que soy infeliz.
Ya no puedo expresar mis emociones como antes y siento que hay un nudo extraño en mi mente que no puedo desatar con facilidad, ni siquiera dándome cabezos contra las paredes. Cavilando hace unas noches, acepté que he estado haciendo todo mal y que no tengo la menor idea de qué es lo que sigue. Hay algo siniestro y bastante amargo en ir todos los días a la universidad, estudiar, reírme con las personas e ignorar este nudo mental que me asalta antes de dormir, al despertarme y al viajar en los autobuses. No, no puedo ignorarlo, si intento guardarlo en el fondo y hacer como si no existiese, no voy a poder continuar.
Ya no escribo sobre lo que me sucede porque no sé cómo decirlo. Divago entre mi declaración de infelicidad, mi carencia de historia y una permanente sensación de soledad que no tiene arreglos. No puedo sentir el amor de mi familia, tampoco una sensación sincera hacia mi propia persona e incluso siento que Dios está lejos, como si mi tristeza fuera tan profunda que lo hizo recapacitar y alejarse para no contagiarse y entristecerse por lo que es actualmente Su creación.
Hay un vacío dentro mío pero no sé qué es lo que debería de ocuparlo. No es una cicatriz por la partida de nadie o la huella de una historia pasada. Todo lo que amé, ha sido emocionalmente suprimido y quedado como un cuento escrito en un cuaderno que no despierta nada más que un recuerdo neutral.
El segundo paso en estas noches de tranquilidad, fue aceptar mi alto narcisismo.
Estoy considerando seriamente mi tendencia a beber alcohol en soledad, porque cuando mi cerebro me palpita y el techo se pone borroso, puedo escuchar las voces que viven dentro mío.



Con triste amor,
Requiem.

Desmotivaciones III

Con M. Salvatierra:



Yo: Te propongo improvisar poesía por un rato, si es que puedes.
Salvatierra: Esta bien camarada, ya era hora.
Yo: Tú comienzas. Creo que está sobreentendido nuestra pasión por la muerte y la tristeza.
Salvatierra: Creo que esta sobreentendido hacer ese comentario, camarada.
Yo: Está sobreentendido que me digas que está sobreentendido. Tu turno.
Salvatierra: Esta sobreentendido que nos sigamos contradiciendo, y que yo diga esto.
Yo: Entonces se sobreentiende que ya deberíamos de comenzar la cesión hasta donde nos dé la imaginación. Como dije, tú comienzas.

sábado, 28 de abril de 2012

Desmotivaciones II

Hablando -de nuevo- con M. Salvatierra:



Salvatierra: Y... han pasado tantas cosas.
Yo: Lo sé. Como no tienes la menor puta idea.
Salvatierra: ¿Estás bien? Te noto rara... como si te encontraras triste o estupefacta por algo de tus exs.
Yo: ¿Exs? Tengo razones que valen más que mis ex para ponerme triste como por ejemplo que el semáforo en rojo se demore 40 segundos y no 30.

Cristales I

(alcoholismos de viernes)




Qué dulce es el vino y qué amarga es la vida
que cruza el sendero huérfano de la muerte

en la ausencia de luces nocturnas
y el arrullo, susurro materno de una botella

No quema el olvido carismático por la garganta
en el ardor de una pasión extraña
pero hay vacíos tan extraños en la entraña
fusionándose con la infelicidad de mi alma

Bello es el aroma de una tristeza hecha demencia
en el intento dulce del muerto
para ser la vida, el amor y el poema
siendo solo un cadáver, que duerme en mi melancolía

Cristales II


(en alcoholismos de viernes)



Siendo el cielo un lugar tan perfecto,
se rechazan a los ángeles que lloran
a los que no tienen alas
y son como tú y como nosotros

No hay lugar en el cielo,
para desdichados y los náufragos
que perdieron la luz en la melancolía
y se aferran a la sombra
como lo único que nos queda

Siendo el infierno un lugar tan perfecto,
se rechazan a los demonios que aman
a los que dan la vida
y son como tú y como nosotros

Que vemos la luz en nuestra frívola oscuridad


jueves, 26 de abril de 2012

Moon



Lloró inconsolable sobre algo más que una promesa, 
una locura que se confundió con un poema 
porque cuando escribía el vacío desaparecía 
el que separa la locura de estar solo 
y la sensación sublime de dar la vida 

No podría morir ni marchitarse entre la tierra, 
o ser el cadáver que adornara un duelo ajeno 
porque acallaría las voces que le rasguñan el alma
que le piden la luz entre su negrura 
y que tendrán la vida, hasta que él les dé la muerte 



Polvo

Era la vida y era mi muerte, como la luz que entraba por la ventana y era tan tenue, que no me despertaba ni me adormecía, como el verano más eterno de todos. Era la lluvia dentro del paraguas del olvido y era vela  solitaria en el sueño que nunca se llevó a celebrar. Era la promesa rota dentro de un bolsillo y una historia partida, dejaba en todos lados como puñados de otoño que se escurre entre dos manos sin dulzura. 
Era mi amargura y mi burla a la dulzura, mi propia contradicción que nunca debería de ser explicada, la hoja escondida entre los libros y que alguien encontró por error. Pero no era un error ni tampoco era mi tropiezo. Si algo me dejó, como el mercurio que se escapaba de las manos, era la estela débil y triste de la felicidad que se perdió no en la noche ni en la oscuridad, si no el color negro y difunto de mi ser extraviado. 
Sin saber a dónde ir. No era mi camino ni tampoco mi sendero torcido, ni la pena del fondo de la copa hecha añicos o el aroma perdido de los libros abandonados por una idea en pedazos. 
Era mi poema perdido en el espacio tímido entre sus dedos, era el verso que se quedó a la mitad en la cortina de una habitación sin cama ni matrimonio, ni tristeza ni separación. Neutral como el color blanco y puro que nunca fue nuestro y tampoco llegó a teñirse por un error absoluto. 
Era todo y era nada, era la niebla que recorre mis noches y el eco descuajaringado de las olas por la madrugada, el mar que asfixia y en donde las penas se encogen hasta volverse historias de amor, las que los ancianos cuentan en las bancas solitarias y nunca nadie, salvo los que hemos sido realmente infelices, podremos recordar como algo privado, propio, una parte que se aferró a lo poco que nos queda. 
No, no me queda nada y lo podría tener todo en un aplauso de auditorio. Se aplaude al final del drama, se llora en la muerte, se ríe después de la sonrisa, salvo los que somos realmente infelices. 
Era el llanto y el rostro serio, una sombra de sol en una hora suspendida en un silencio incómodo de sala de espera. Era las oraciones largas y sin sentido, los errores ortográficos y los puntos finales que mataron el poema que nunca dejó de esconderse. 
Era la canción y el pentagrama, la nota tímida. la tiza en los dedos cuarteados y el piso extraño del colegio sin alumnos, como los pasadizos en donde caminé con mi infelicidad y nunca jamás encontré algo que me cambiara, ni me despertara, ni me recordara que la muerte no me acompañaba.
Pero era mi vida y era mi muerte. 
Y sin su existencia, como el nudo que se cierra en mi garganta, pero del otro lado no hay infierno ni cielo ni una idea usada como la promesa de un infancia. 
Al otro lado, solo estamos nosotros. 

lunes, 23 de abril de 2012

El Difunto


Apagándose la vela
en el entierro del verbo
saludaba el poeta
desde la silla de ruedas
del tiempo

Sonriendo,
con una mirada entre los dedos
acaricia el verbo de sus pasos
que se acurruca en la baranda solitaria
de su risa y de su espacio

Encendiendo la sombra,
de su lecho torcido
sonaba la canción de la demencia
entre el amor, el odio
y el olvido

Aire






Me tomo un respiro
entre la nota muerta y sostenida
de una ciudad abandonada
bajo la huella de los años
que pasaron en un golpe
y el alma que fallecía.

Un susurro de la habitación blanca
adormecida en una mesa
caótica de miserias
y que en la sombra de la inspiración
se ilumina de vida
y brilla por su ausencia

Rimabud



"Yo debería tener un infierno para mi cólera, un infierno para mi orgullo, y el infierno de las caricias; un concierto de infiernos."



Arthur Rimbaud

domingo, 22 de abril de 2012

Vals





Esperar en el beso partido de una tristeza
que abriéndose en flor, respira
como los pasos desaparecidos
del poema por tu boca

Como la tristeza de balcón
que soñé desde pequeña
en el libro cerrado de angustias
bajo una mano solitaria

Y los pasos de escalera maltrecha
que alguien abandonó con desprecio
como el poema que abre sus alas
desde la hoja desolada de tu pecho




viernes, 20 de abril de 2012

Cera


Y la locura sucumbió ante la locura
bajo alas de cenizas torcidas
en el intermedio frívolo
de la luz y la oscuridad

Ahogábase el grito nocturno
en el aliento denso de una ilusión
como el jardín quejumbroso
muerto y dormido de la pasión

Bajo el bosque del silencio
en un beso de cera extraviado
sucumbió mi locura ante la locura
como las huellas tristes
de un incendio sin autor


martes, 17 de abril de 2012

Lúdico


Entre tus manos de perlas tristes
se asfixiaron las promesas de nuestro atardecer
y las canciones que fueron dedicadas
sosteniéndose en el frágil hilo de un susurro

Y se formó en tu sonrisa torcida,
el borrón de los poemas que te hice
congelándose en tus ojos de noche
la espera y mi fe

Se marchitó el amor,
en tus labios de plata indiferente
y en el hielo de tu caminar lejano
se mantuvo mi esperanza

Y palpita, cercano a la muerte
la promesa que protegí con el tiempo
esperando entre tus dedos de amanecer
la respuesta, el frío y el renacer



sábado, 14 de abril de 2012

Desmotivaciones

Hablando con M. Salvatierra.



Yo: ¿Alguien tiene ganas de hacer un dueto, trío/cuarteto?
Salvatierra: Dicen por allí, que el gringo Carl y Flor de Huaraz se ofrecen.
Yo: Dicen por allí que sigues recibiendo trabajos orales de desconocidas en los parques.
Salvatierra: Dicen por allí que sigues viendo porno gore.
Yo: Dicen por allí que tu fortuna sigue aumentando de tal manera que sigues quemando guitarras sin dolor económico.
Salvatierra: Dicen por allí que te tocas "Baby"en violín.
Yo: Dicen por allí que estás demasiado desmotivado como para enojarme.
Salvatierra: Estas en lo correcto.
Yo: Esperaré tu dosis diaria de groserías y volveremos a estar en nuestro estado común. Mejórate.
Salvatierra: Gracias "princesa".
Yo: De nada, lacayo.

viernes, 13 de abril de 2012

Trece

En aquel espacio somnoliento
no amo a alguien
y pienso en nadie,
guardando esos pedazos de la nada
como el recuerdo de un olvido


Bajo las sábanas del polvo,
no te amo
y no pienso en ti
haciendo reales las frases
en donde prometimos alejarnos


En el frío musical de la noche
no escucho nada
y la nada me adormece
recordándome que estoy vacía
en aquel espacio somnoliento...

jueves, 12 de abril de 2012

Hoja Rota


"Las brisas del mar son frías, casi heladas si vas a la playa por la mañana cuando el cielo está azul y todo se ve solitario y triste. Él me dice que nos iremos a la playa, pero lo pensamos dos veces, mejor no, hay otros sitios en los cuales podríamos hablar, discutir de la vida. Yo creo que él es especial porque lee, porque escribe y toca cosas preciosas en muchos instrumentos, creo que es perfecto para mi porque gustamos de lo mismo. Es tan inteligente, tan sensible y le puedo confiar todos mis secretos. Nos casaremos en algún momento, algo así sueño.
En su casa todo es silencio, pero me siento a gusto. Las paredes son amarillas, los pisos están vacíos, los sofás están con la luz tenue del verano y acaricio a su gato con gusto. Tiene los ojos pardos, no sonríe ni ronronea, es como si no estuviera ahí. Un gato de juguete.
Hablamos de la vida y del arte, de los violines y de las partituras, lo que hay dentro de los pianos, lo que hay al fondo del mar. No se nos terminan los temas pero sí el líquido dentro de los vasos. Quema por la garganta, estalla dolorosamente en el vientre pero trae consigo un sopor extraño. Siento que duermo, pero estoy sentada a su lado y sigo hablando. Me gustan sus orejas, podría abrazarlas con mis dientes.
Nos reímos en la mitad de la nada. Le pregunto porqué no estamos juntos, nos reímos y en la risa siento sus manos en mi espalda, como si regresaran al lugar en donde siempre debieron estar. Hace calor en la sala del sofá veraniego y el gato falso, no entiendo qué hora es pero la vida me sonríe dentro de un beso largo que se escapa a un cuello solitario. Me río, la brisa del mar es helada pero la suya es caliente, no me quema pero me abriga, me duelen las manos porque me las presiona, mis huesos no se rompen pero crujen. El morado de los moretones combina con las almohadas, me río porque me gusta, lo beso porque lo amo y en el vaso de cristal roto sé que siempre debimos de estar juntos.
Amor o deseo. A nadie le importa si salgo herida.
Algo así pensé al día siguiente cuando me vi en la ducha mirando hacia las losetas y no recordaba qué había pasado. Pero me acordaba de un peso encima mío, de una felicidad que se fue apagando, un viaje en paracaídas y vasos rotos al lado de un gato inservible. Recordé que él me pensaba, que quizá me amaba.
Lo llamé por teléfono antes del atardecer.
Y nunca nadie contestó"

lunes, 9 de abril de 2012

Grey (Gris)

Grey was the heaven
of your cold winter eyes
and the snow of your lonely heart
that I uselessly tried to hug

Grey was our love,
which drowned in the waters of the forgotten
and left a mark above my soul
that rests lonely and rotten.



Requiem 

Universitarismos I

En clase de Historia del Perú hasta el Siglo XVIII:




Profesor: Y bueno, hemos terminado todos los puntos sobre lo que hacían los curacas. (jefes políticos del Tahuantinsuyo)
Chico: Profesor, en el último punto dice sexo.
Profesor: Ah sí. Es que vamos a hablar de la vida sexual de los curacas en el Imperio.
Chico: ¿DE VERDAD?
Profesor: Haha. No.

Continúo

Tengo el cerebro atrofiado de Crystal Castles. Estoy considerando alejarme de las canciones violentas y dedicarme un poco a regresar a The Smiths y escuchar música clásica para estudiar. Mis vanos intentos por considerarme una psicópata combinada con la gloriosa Lisbeth Salander cuando estudio son inútiles; tengo problemas graves de desconcentración, la psicóloga del colegio siempre lo decía.
Mientras me adentro en la apasionante historia del Estado Inca (no es sarcasmo) de repente termino sentada en la sala con el violín en la mano intentando resolver el enigma de un concierto de Vivaldi que ni siquiera puedo tocar de manera completa, por no decir decente. Humildad ante todo, no existen los músicos perfectos, solo poderosos.
Hoy día me gustaría tomarme un tiempo para retirarme al Starbucks después de clase a pensar un poco en el tema que tendrá mi ensayo para la universidad. Me he quedado entre la discriminación y la dificultad de alcanzar la justicia para ciertos grupos sociales. Esta será una tarde muy larga y espero que agradable. Los lunes, al igual que los domingos, tienden a ser días bastante conflictivos porque existe una carga mundial a detestarlos
He encontrado una baraja de Tarot hace unos días, más bien, mi madre fue quien la encontró y ha estado en la mesa esperando a que alguien lleno de incertidumbres la toque. Sí, suponen bien.
Hoy día cogí tres cartas al azar y he encontrado algo como "Visita de una persona ausente - Sorpresas - Indecisiones Amorosas". En todo caso, pueden imaginar mi cara de sorpresa y desconfianza, pero sin embargo me ha parecido alucinante, bastante divertido.
No entraré en detalles por el momento, en unos minutos tengo que irme a mis dos horas de Historia del Perú antes del S. XVIII y estoy en proceso de recuperarme de una alergia gracias a las pastillas mágicas de mi mamá.
Sé que prometí quitarme los medicamentos pero a veces es necesario. Por lo menos me he quitado la bebida, no tomo ni una gota de alcohol desde mitades de febrero y no, no dejaré que mi entorno y contexto social me ha cambiar de opinión. Haha. ¿Yaoming?
Tengo dos exámenes esta semana. Como probablemente ya he dicho, mi segunda lectura de Psicología Social es un ataque a mi capacidad de comprender cosas. Mi progenitor insistió en que los autores son unos ineptos en explicar términos de su ciencia, pero me ha prometido hacer un intento en ayudarme esta noche.
Necesito un frapuccino de vainilla para recuperar mi tranquilidad.
Es en serio.


Con amor,
Requiem.





sábado, 7 de abril de 2012

Los Feriados & Yo

Entonces, mi plan es sobrevivir. El ruido que hace el teclado casi a la medianoche suena como la Segunda Guerra Mundial pero no puedo hacer nada al respecto. Mañana por la noche se habrá terminado Semana Santa y el lunes regresaré (¿triunfal?) a la universidad. Esta semana tengo un examen de Psicología Social y de Historia del Perú antes del siglo XVIII. No tengo problemas con lo segundo, pero una de las lecturas de Psicología Social es tan clara y fácil de entender como un acertijo en chino cantado al revés.
Pero las cosas van bien, si es que se sabe qué significa exactamente el término 'bien'.
Este Jueves Santo que acaba de pasar me dediqué a recorrer las siete iglesias (acto común en la tradición católica. No soy católica, pero no me parece malo y en realidad me agrada) y en cada una pedía por mis déficit espirituales. Hablé con Dios todo lo que pude, pedí mucho por mis amigos, por mi familia, por mi débil estado espiritual y por mis menesteres amorosos que he decidido guardar pacientemente en una caja, sin ánimos a tocarnos ni hacer nada al respecto que no sea esperar a que las cosas mejoren y los finales dramáticos, interrumpidos y tristes se alejen de mi. Jaja, ardua tarea para el destino.
Vivo gracias a mis dosis de Coca Cola diaria y poco a poco voy sintiendo el peso del cansancio -que no es mucho- acumulado. La universidad no es un lugar horrible y las personas son asombrosas y agradables (en su mayoría) y hasta ahora ya tengo amigas y amigos que se han unido a esta loca y retorcida historia que es mi vida. No puedo quejarme de nada, amo la universidad, estudiar le da un motivo a mi vida, pero a veces me gustaría dormir una hora más los martes, porque mis clases comienzan a las siete de la mañana.
Me he alejado de este blog con el paso del tiempo, pero es lo más natural. No tengo demasiado qué contar, a menos que alguien desee que profundice sobre la tragedia y a pesar de todo, la felicidad de mi existencia actual. Sector amoroso interrumpido en un vacío abandonado y triste que se basa en ser ridículamente realista, analítica e indiferente a las emociones fuertes que puedan sorprenderme.
En términos coloquiales, una bruja sin sentimientos. Pero no, no vayamos a extremos.
Estoy por terminar el tercer libro de Millenium. Es una obra de arte, creo que lloraré cuando lo termine y algo en mi vida dejará de tener sentido. La trilogía Millenium me ha acompañado en estos últimos meses de cóctel mental y vida nueva. Nop, no me quejo.
Viva la vida.


Con cansado amor,
Requiem.

Crystal

En el momento específico
entre la bruma de tus palabras
y la noche solitaria de tu luz
descubrí que eras mi verso perdido
en el más triste olvido

Entre la idea rota
y el sueño moribundo
te perdí como quien extravía el día
andando entre la niebla del ayer
contando las memorias y las estrellas

Ocultas en las páginas
de un libro vacío
y en el espacio en blanco del amar
supe que habíamos desaparecido
ahogándonos en el agua
del odio y del mar

Lecho de Muerte (Deathbed)



Estaba tan asustado de Jesús, pero Él me buscó. Al igual que el cáncer en los pulmones que me está matando ahora. Y yo he perdido la esperanza, en los días que me quedan, pero me aferro a la de mi vida que vendrá. Entonces Jesús apareció y dijo "Antes que nos vayamos, pensé que podríamos recordar el pasado, ver una noche en tu vida, cuando se apagó la luz y tú oraste por el perdón"
Jesús, por favor perdona mis pecados. Santifica este corazón marchito y quédate conmigo hasta que mi vida pase. Y ese día, llévame a casa contigo.
Puedo sentir la muerte en las sábanas cubriéndome. No puedo creer que este es el final. Puedo escucharte susurrar "Es el momento de irnos. No volverás a estar a solo jamás".
Y este fue mi lecho de muerte, y aquí morí solo. Cuando cerré mis ojos esta noche, Tú me llevaste a casa.

Yo soy el camino. Sígueme y toma mi mano. Y yo, soy la verdad, abrázame y entenderás. Y yo, soy la vida y por medio de Mi, de nuevo vivirás.
Porque yo soy el amor.


Deathbed- Relient K

martes, 3 de abril de 2012

Nueve




Se olvidó de su historia
porque a él no le importaba
y se entregó a los amores prestados
para recordarle que a ella si

Recorrió el camino de vuelta a casa
aunque su hogar siempre estuvo con él
y jamás giró para verlo
porque ya todo estaba lejos

Esperó a un teléfono averiado
aunque él jamás diría una palabra
y lloró todos los días que le quedaban
para recordarle que aún lo amaba

Persuasiones

Hay una serie de canciones que he reservado para los momentos más tristes de mi vida. Se ha dividido entre música contemporánea e instrumental y he llegado a partir mi tristeza entre Mozart y Damien Rice, Chopin y Bunbury. Cada parte dulce o amarga de mi vida tiene un soundtrack, una pista que suena repetidamente dando vueltas alrededor de mis pensamientos. No me cabe la menor duda que muchos lo considerarían masoquista, negativo y pesimista tener una lista especial para los momentos más negros; es una fortuna que casi siempre he considerado los comentarios del resto como inútiles.
Pero estamos hablando de ti, en todo caso, de nosotros dos. No tengo ganas de escribir más hojas explicando con ramificaciones y palabras tersas mis emociones, no me entra la idea de hacer más llamadas telefónicas sin dejar mensajes y esperar a que suceda un milagro. Los paraderos siempre serán lugares de destrucción y pena absoluta, los atardeceres son la peor hora para ponerme a pensar y las cabinas telefónicas son como la habitación de la incertidumbre. Pero se me ocurre que no son casualidades y que de verdad, con toda la hermosa crudeza que nos caracteriza, lo hemos echado todo a perder.
Echarte la culpa de mi consideración a usar esta lista de canciones tristes no es justo.
No voy a decir que de nuevo lo echaste a perder ni que soy una víctima de tu indecisión. No somos buenas personas, simplemente somos humanos, con todo lo brillante y lo oscuro que esa definición explica. En esa estructura llena de agujeros que tenemos, por lo menos en la tuya encuentro un apoyo incondicional. Te importe o no, lo quieras o lo rechaces, es imposible que me dedique a borrarte de mis memorias y decida que no eres más que un recuerdo inservible.He desaparecido a muchas personas, pero tú jamás serás el caso. No voy a correr diciendo que tu presencia me da miedo, que me creará problemas académicos, que me hará llorar por las noches. Ya no lloro por nadie, pero si me pides que lo reconsidere, todavía me sobran historias y algunas, te pertenecen todavía. Mi lista de canciones sigue intacta y cuando llegue el momento (que quizá se acerca) voy a poner play sabiendo que es mi responsabilidad.
No voy a huir ni regalarte mi indiferencia, jamás he podido hacerlo, sería como una de mis mejores maquilladas mentiras.Si tú sí quieres huir, si quieres los tiempos que vienen con mi ausencia y no piensas en tu propia lista de canciones ni tienes razones para continuar recordando que todavía estoy ahí, entonces hazlo.
Pero por favor, no me hagas creer que todo lo que dices es verdad.

Línea Rota

Pienso en ti como quien recuerda a los muertos
con sus velas de memorias tristes
y con la convicción que no van a regresar

Te recuerdo como la fina lluvia de verano
que limpia a la ciudad de lo cotidiano
y desaparece en la mañana con la noche

Eres entonces, como los muertos y la lluvia,
que anuncian la partida y la llegada
el cambio de rumbo de la vida
y marcan con lágrimas el pasar del tiempo

¿Me pensarás tú, como la vida y la nieve?
como el beso del sol por la ventana
y el abrazo anaranjado del final absoluto

O quizá me piensas, como a los muertos y la lluvia
que son el vacío y la eternidad
y así como todo lo que es tuyo,
asesinan a pedazos la felicidad

Intervalo

Todo mi sábado reducido a pedazos e intervalos raros de tiempo indefinido. Hay remodelaciones por toda la casa y los trabajadores vienen por la mañana; me despertaron algo temprano para que mudara mi sueño a la sala. No pude dormir, pero una fuerte alergia me atacó y hasta hace un par de horas, no podía dejar de estornudar.Desayuné, estuve jugando Solitario para distraerme un poco y leyendo mi tercer libro de Millenium hasta que comenzó a atacarme un extraño malestar.
Tomé un vaso de Coca Cola que mi mamá había traído y me tiré al sofá a taparme con una manta y mirar el techo.Se me aceleró el pulso y según cifras, mi presión arterial bajó. Mi mamá dijo que era un traste inservible ese brazalete raro para medir presiones y se fue.Acabo de despertar después de más o menos de profundo y caluroso sueño. No sé si es porque tengo fiebre o porque de verdad está haciendo mucho calor. Ya no estornudo, pero puedo sentir ese cosquilleo anónimo de quien está a punto de.
El almuerzo sabe a nada a pesar de estar delicioso, la casa está hecha un caos tablas, muebles y olor a pintura y químicos para construcción. Si en algún momento he tenido una idea de lo que un limbo podría ser, probablemente haya sido esta. La primavera parece por las ventanas, no he hecho nada más que descansar y sobrevivir a este malestar durante todo el sábado y eso me enoja en sobremanera.
Mi deseo inicial era pasar el día leyendo mis lecturas para la universidad y pronto, tendré medio día desperdiciado por este extraño bajón de presión arterial. Me invitaron a beber durante la noche, pero en este deplorable estado no podré hacer otra cosa que permanecer en casa, escuchar Starfucker, Mozart y seguir leyendo a Stieg Larsson con devoción. De alguna manera, siento que si vuelvo a acostarme a dormir, no voy a despertar hasta mañana.

Regresar

Tú quizá nunca te enteres, pero cuando dicen que tienes que dejar ir a una persona cuando la amas, siempre será una gran mentira. Dejarte ir ya no importa, porque aunque tus muñecas pálidas y tus ojos que aparentan ser pequeños detrás de tus gafas estén lejos, todavía tengo tu recuerdo amarrado a mi todos los días. Es decir, nunca te he dejado ir, siempre estás aquí y lo lamento mucho, porque no soy lo suficientemente fuerte como para borrarte de mi memoria.
Perdón, yo nunca quise enamorarme de esta manera.
Te preguntarás porqué pienso y digo todas estas cosas. No sé qué responderte, yo tampoco me explico esa necesidad que tengo de venir a hablarte y luego desaparecer, dejándose marchita con el teléfono en l
a mano y los atardeceres consumiendo la poca vida que te queda, ahora que estás más sola que nunca, más fría que nunca. No me preguntas si te amo, porque no sé lo que es el amor, no me preguntes tampoco si pienso intentarlo de nuevo, porque te diría la verdad y la verdad es que te voy a herir de nuevo.
No me convence tu nueva careta de mujer fuerte, insensible y calculadora. A mí no me engañas, eso es para la gente que no te conoce. Yo, que destrui tu corazón y tu estado emocional por meses, soy el que más conoce tus debilidades. Si dejara de hablar, diera un paso hacia adelante y te besara, podría sentir tu alma fusionándose con la mía, nos imaginaría felices, hasta que se me ocurra el porqué todavía no te dejo ir y en mi duda, te abandone de nuevo.
Perdóname, yo nunca quise enamorarme de esta manera. Me perdonarías mil veces si mil veces rompiera tu alma en pedazos, me buscarías hasta el otro lado si me muiese esta noche y pasarías el resto de tu vida encadenada a mi lado si te lo propusiera, hasta llegar a las profundidades de la eternidad. ¿Crees que no lo sé? ¿Que no me he dado cuenta? Pero no sabes que yo haría lo mismo, que sin dudarlo dos veces, moriría si te mueres, me quedaría si te quedas. Nunca voy a dejarte ir, no puedo dejarte de ir. Quiero que hablemos por horas, quiero sentir tus manos y que me mires seria, sonriente, en risa o en llanto.
Quiero estar siempre ahí.
Pero perdóname cuando me vaya, no me llores tanto, respira tranquila y espérame. Cada vez que me vaya, prometo regresar en algún momento. Sé paciente con mi corazón lleno de dudas. Ámame, aunque yo no pueda hacer lo mismo.

Soñar con Ludovico III

Soñé que cantaba en un musical al lado de un hombre que aparentaba no quererme. Yo no era yo, si no que me encarné en una mujer de mirada traviesa, cabello de bucles afrancesados y voz melodiosa. Se trataba de una novela convertida en musical y el libreto era tan gordo como un libro cualquiera. En mi sueño, ese día mismo se iba a estrenar toda la obra y yo no recordaba nada de las canciones, pero sentía como si hubiéramos pasado semanas entrenándolo. No recuerdo ni una sola palabra, pero me gustó mi voz falsa. 
Minutos después soñé que era de nuevo yo, con mis lentes, mi cabello corto y mi mandil rojo del colegio que no he vuelto a usar desde que me fui para siempre. Yo estaba caminando con mi bolso y adentro estaba el famoso libreto la obra. Fue entonces cuando lo vi. Ludovico utilizaba un mandil de un color que ya no era suyo, tenía el pelo corto y las gafas de siempre. Intenté acercarme para hablarle, pero pareció no verme y no hice nada al respecto. Cogió su mochila negra y salió por la puerta del colegio, lo seguí sin saber exactamente qué iba a hacer. Vi que una carreta extraña se acercaba hacia él y unos hombres le preguntaban por su apellido y ofrecían a llevarlo, cosa que él aceptó. 
Tanto ellos como el resto de personas dentro de la carreta, usaban máscaras de caritas felices hechas de papel y pintadas con lapiz. Recuerdo que apreté mis emociones y pasé al lado de la carreta dando zancadas, dirigiéndome hacia el paradero para regresar a casa. Uno de los hombres con máscara me detuvo.
 -¿No quieres subir con nosotros?
-No puedo... hay alguien adentro que me causa mucha tristeza- respondí -Será para la próxima. 
La carreta avanzó hasta determinado lugar y cuando giró una esquina, vi que Ludovico me miró. Para ese momento, extrañamente, yo me había sentado en la vereda con mi libreto en la mano y lloraba a gritos ahogados, sin ganas de taparme el rostro. Lo último que recuerdo es que Ludovico se quedó mirando cómo yo lloraba, hasta que la carreta desapareció. Desperté cuando se cruzó en mi mente la imagen de mi libreto tirado en el suelo de la calle, roto y hecho pedazos.