Comer pescado en una fría tarde de Viernes donde un personaje importante de tu país se murió y en un restaurante casi vacío puede ser potencionalmente deprimente.
No ha sido mi intención, pero la verdad es que me deprimí mucho durante el almuerzo. No solo por los antiguos boleros y valses que tocaba en pequeño conjunto, un pianista, un guitarrista, un hombre en el acordeón y uno con muletas que tocaba el cajón y cantaba al mismo tiempo.
Pasé el almuerzo mirando hacia mi filete de lenguado y sin hablar, pensando en el frío que me inundaba de pies a cabeza, que había dejado la computadora prendida y que me estaba perdiendo La Ley & El Orden U.V.E.
Las cosas se superan.La melancolía te agarra en los momentos mas inesperados.
Pero da igual.
Supongo que estas cosas se superan.
2 comentarios:
Las cosas triviales que nos parecen a menudo tan simples en realidad no lo son, cualquier detalle, por insignificante que parezca te puede provocar una emocion a veces tan embriagante que agobia.
Un dia yo vi un jarron roto, no le di importancia y lo pase por alto, dos dias despues, lo vi nuevamente y la melancolia que me transmitio fue inmensa, en ese momento tome mis pinceles y comence a hacer una pintura en blanco y negro de aquel jarron roto, podria decirte que aquella melancolia que el jarron me transmitio yo la transmiti tambien a aquel lienzo donde quedo plasmada . Ahora, cada vez que veo esa pintura, siento aquella melancolia dentro de mi.
En tu caso, tu pescado, o la banda, o el bar, cualquiera de estos detalles pudo haber sido el detonante de ese sentimiento, atesoralo, pues nuestros sentimientos, pensamientos y emociones es lo unico que es verdaderamente nuestro y es lo que nos hace ser quienes somos, sin ello, estamos perdidos.
Los objetos mas insignificantes suelen despertar lo mas triste en nosotros y casi nunca nos damos cuenta.
La verdad es que es algo muy curioso.
Tú tienes la pintura de un jarrón otro, a mí me paso lo mismo con una manzana tirada en la mesa.
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