Qué honesta es Lima cuando llueve.
Como si por un momento le dejáramos de importar.
Entonces, se pone honesta, sincera; todo lo que nunca ha sido ni será.
Y antes del amanecer se escucha el agua que corre.
No tanto por las calles mugrientas de la ciudad
pero sí por las ventanas y por las grietas de las paredes.
Tal como son las cosas, el invierno de Lima es diferente a los demás
te come mientras duerme, se te mete por debajo de las uñas
y cuando despiertas tan triste, tan azul y gris
no sabes si echarle la culpa al pasado, al frío y a la serotonina
O aceptar que no importa el porqué sucedió.
Lima al final, nos comerá a todos.
Y no quedarán ni siquiera los huesos de lo que fue la felicidad.
No quedará ni siquiera el polvo de una risa.
Nada.
1 comentario:
cómo haces para escribir así de lindo? me dices tu secreto?
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