miércoles, 8 de agosto de 2012

Letras



La perdí como nunca creí que iba a llegar a perderla. Es extraño, porque así como por amor la encontré, o mas bien llegamos a encontrarnos, por el amor las cosas también cambiaron. Y no es que los cambios sean malos y arruinen las cosas, pero algunos son suficientes como para destruir el pasado.
Por más malo que haya sido ¿Por qué tuvo que pasar? ¿Estaba escrito en algún lado? De entre todas las catástrofes y miserias que pasaban por el cielo todos los días, esta nunca apareció, siempre estuvo enterrada en la imposibilidad. La he perdido, ella me perdió, nos hemos perdido mutuamente. No queda ni las ruinas de lo que fue, de lo que conocí hace muchos años y juré unir hasta la eternidad con hilo rojo, invisible y tosco a las costillas que me sostienen. Las tijeras. Siempre las tijeras llegan a donde las llaman.
Ni rastro débil de lo que fuimos. La nada en su manifestación que más carece de gracia. Un escenario sin público, una ventana sin luces del otro lado. Mar sin sal. Y ella no sabe que la he perdido, no sabe que las cosas se han hecho polvo, como ese polvo en que se transforman los cadáveres después de los años.
Se fue junto con el mes de julio, cálido y ridículo.
Se fue por amor, así como por amor llegó. 

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