martes, 13 de marzo de 2012

La Universidad

Estar en la universidad es como caminar por otro mundo. Es una frase bastante trillada pero tengo que repetirla por el mismo hecho que es cierta. Imprimo mis hojas colorinches para separar mis lecturas en un simpático folder azul y analizo las lecturas todo lo que puedo. 
Afortunadamente no he abandonado a mi violín
Hoy caminaba por los pasajes verdes y serenos de la PUCP y pensaba en cómo me vería desde una perspectiva no-personal. La clásica incógnita de cómo te ve el resto, si te consideran algo tímida o demasiado relajada, inteligente o bruta porque te intimidas hacia esa masa de desconocidos, algunos amistosos y otros un poco hostiles, que estará contigo por meses. 
No me quejo, pero hoy una tristeza me invadió mientras regresaba a casa y era porque las cosas son tan diferentes a las épocas de colegio que es como diferenciar lo dulce de lo amargo usando el azúcar y una semilla de café puro recién sacado de la tierra, si es que no me equivoco en cómo sabe.
Voy a estar muy lejos de este blog y de todos lados, me temo. Regresaré cuando pueda, estaré siempre con noticias y cosas nuevas, extraño mucho venir a tranquilizar mis emociones. Ahora me limito a leer en el autobús, analizar mis lecturas y respirar mucho cuando salgo de clase para regresar al planeta Tierra y seguir consciente.
Mis profesores son adorables, inclusive la de mi curso menos preferido (matemática). Tengo buenas expectativas de este ciclo pero de todos modos aún hay un miedo secreto, bastante debajo de las capas de seriedad o indiferencia que demuestra cómo poco a poco me voy adecuando al ambiente, al ritmo. 
Añoro el fin de semana y sobrevivo entre una suave tela de catarsis y tranquilidad. 
Encontrarme con mis amigas del colegio es como ponerle una bandita desinfectada a las profundas heridas que produce el hecho de crecer.
Extraño también a las personas que leen este blog. No tengo que repetir lo importante que han sido en estos años "flojos" de mi vida como bloguera.
Hoy día dos hippies chilenos se subieron al autobús a cantar y el que tocaba la guitarra sabía silbar como un experto. Les di una moneda y me animaron el día.
Ánimo. Eso es lo que más necesito. 



Con infinito y nostálgico amor, 
Requiem.

PD: Mañana tengo una audición para participar en la orquesta de cámara de la universidad. Deséenme éxito y muchísima seguridad. 

2 comentarios:

~Vero~ dijo...

mucha suerte en la universidad! adoro este blog!

Reinhardt Langerhans dijo...

¡ÉXITO, RÉQUIEM! \m/ (>_<)

[Disculpa si comprendí muy literal, pero seguro que un poco de humor no cae mal :3]

¡Saludos desde mi estado de jovencito de secundaria! :) Pronto me uniré a las masas universitarias, ¡yay!