viernes, 24 de diciembre de 2010

Silent Night

Hace años yo ayudaba a mi papá a preparar el pavo para la noche de Navidad. Me embarraba las manos en sal, luego en mantequilla, luego en el oscuro aderezo, cuyo olor invade la casa desde un lado a otro. Mamá está triste porque no consiguió ningún libro, hoy temprano me pidió que le hiciera una lista de los que deseo y dice que no encontró ni uno solo. Ésta es una Navidad sin árbol ni luces, no tenemos un lugar específico en dónde poner los pocos regalos que los buenos amigos nos han venido a dar. No he hecho tarjetas, no ayudé a decorar y dejé a mi padre preparando el pavo solo el día de ayer. He mandado tarjetas por Internet a un par de tías, el mensaje definitivo lo planeo colgar más tarde para que todos los que quieran lo puedan leer, no tengo hambre de cena navideña pero tengo ganas de consumir cualquier cosa, muero de una ansiedad extraña. Hablando indirectamente con algunos colegas, nos dimos cuenta que es la Navidad más insípida que alguna vez hayamos podido pasar. El tiempo se ha pasado muy rápido, no es bueno, no le agrada a nadie. A penas ha habido tiempo de decorar la casa (de que la decoraran, mi mamá se encarga de todo eso siempre, aunque hoy ayudé a desatar nudos de las luces navideñas que segundos después estallaron) y de preparar la cena, ojalá nada se queme, ojalá todos podamos pasarla bien y que nadie se pelee, ya fue suficiente con la horrenda Navidad del 2007.
[...] Hace unos segundos hablé con Sarah después de casi medio año de desaparición, le conté rápidamente que estoy bien, que mañana cumpliría dos semanas con mi amado Laurence y que ya cumplí los dieciséis hace tiempo y no, no hice fiesta ni salí con nadie. No tuvimos mucho tiempo, pero ha sido suficiente, los milagros de Navidad sí existen. A la medianoche espero la llamada de Laurence, ojalá suceda, ojalá lo pueda escuchar y dormir bien, aunque no pueda decirle "Te amo también" porque mis padres estarían observando.
El año se ha pasado muy rápido, la Navidad ha perdido encanto, no ha habido tiempo ni siquiera de sentir la pegada, es muy tarde, es muy temprano, creo que la mayoría de nosotros no tiene tiempo ni ganas de mandar tarjetas o hacer llamadas telefónicas. Casi todos estamos metidos en Facebook, en nuestra música, en nuestras habitaciones leyendo o mandando mensajes de texto diciendo que estamos aburridos.
Feliz Navidad adelantada, aún faltan horas.
Espero que la estén pasando mejor que su nostálgica escribidora.

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