martes, 5 de octubre de 2010

Día de la Juventud

FOTO: En los alrededores del colegio, con mi cara de extrema felicidad.


Mayormente, las cosas que esperamos con ansias llegan y se comportan de manera inexplicable. Miren, no planeo sinceramente comenzar con una larga lista de las cosas tan terribles que hemos tenido que pasar (con hemos me refiero a una minúscula parte de la población adolescente escolar de Lima, Perú) durante estas semanas. Todo, absolutamente todo, se ha acabado hoy día para nuestra buena suerte. Para mi espléndida suerte, no tendré nada que ver con composiciones, ni con obras en inglés ni mucho menos con intentar sociabilizar con el resto para dejar de ser vista como una exiliada.
Seamos sinceros, ésta no es la primera vez que me quejo. Pero más que una queja, creo que todas las locuras ocurridas hoy día han sido enseñanzas. ¿Por donde puedo comenzar? No sé, quizás con el sentido mismo de ésta asamblea que ha estado (¡Oh! ¡Pobre de ella!) en nuestras adolescentes manos. Hemos preparado una presentación de tres horas (o no se exactamente, soy mala con los números, como verán) en exactamente dos días. ¿Cómo? No tengo la menor idea, pero el punto es que lo hicimos y si bien las presentaciones no han salido perfectas, sigue siendo increíble como "logramos hacer algo" a pesar que casi todo conspiraba en nuestra contra. Comenzando con los comentarios desmoralizantes de los docentes hasta la prohibición de ensayos y demás, veámoslo de éste modo: Ha sido una forma de darnos una paliza moral, a lo mejor así nos damos cuenta de lo incompetentes que podemos llegar a ser (Dato importante: A parte de ya saberlo, nos lo han dicho siempre).
La amistad. Oh si, la queridísima amistad que ha estado tan presente hoy día como lo está el éter en el espacio (gracias profesor Melvin & profesor Salazar). Si no tienes la menor idea de qué estoy hablando pues es así de simple, la amistad ha sido invisible. El día de hoy se ha basado en un constante estrés, en malas palabras (por no especificar, no tengo ganas) y en un vestidor femenino monstruosamente transformado en un almacén de vestidos y maquillajes. Miren hijitos, cada uno ha estado por su lado y el final de nuestra asamblea donde se supone que todos debimos de llorar desconsolados, se quedó bien lejos.
Llámenme insensible, pero al final todas las fotografías y todo lo demás me hizo sentir tan sensible como una piedra de montaña. Lo siento mucho, pero no pude al final soportar caminar por el pasadizo y escuchar a algunos padres quejarse, diciendo que qué caso tenía hacer un video de la promoción tan frío donde solo salen cierto porcentaje poserísimo y sonriente mientras que el resto se queda tan presente como un fantasma anoréxico.
Lo sé, la verdad duele.
Pero no todo ha sido tan terrible. Felicito a aquellos cuyos números de verdad salieron muy bien y deseo a aquellos seres tan carentes que hicieron el programa, que ojalá alguien les consiga critero y muy pronto, porque solo a alguien CARENTE se le ocurre poner los números tan desordenados para que al final uno salga con neumonía a actuar/leer/cantar. Y sí, si sintieron cierta "pica" en esa frase, no lo niego, detesté el hecho de cambiarme en tres segundos.
Pueden imaginarse cómo éste día ha despertado mi instinto asesino y ha apagado mis ansias de cualquier planificación amistosa.
¿Saben qué? Hay personas que de verdad merecen ser golpeadas de vez en cuando, ahora comprendo porqué una amiga mía (Kim, always my dear Kim) a veces desea meterlos a todos en un videojuego de suspenso, balas y dinosaurios.
Desfogue: Completado.
Feliz día de la juventud

- Buenas noches hija.
- Hola papá.
-¿Como salió todo?
-Mal
-¿TODO salió mal?
-No todo. Pero en términos generales, me considero insuficiente y no-satisfactoria. Abatida moralmente, quizás. MUY disgustada con mi entorno.
-¡Ah...! ¿Tanto así?
-Papá... es mi promoción.
-Lo hubieras dicho antes. En ese caso, algún día lo superarás. Buenas noches.



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