sábado, 14 de agosto de 2010

Neutral

ADVERTENCIA: Me encontraba con un desgano total.


Primera semana, misión cumplida. Regresamos al colegio después de varias noches de insomnio, tareas olvidadas y noches de películas con comida chatarra. Esa es la versión agradable, sinceramente la mayoría se ha estado aburriendo en casa, como si estar en la computadora fue lo único bueno del mundo (no sé con qué cara puedo decir eso). Cruzamos dedos, nos entregaron las libretas, algunos lloraron, otros rieron, a casi todos les llega tremendamente los resultados, pero jalados o no jalados, regresamos a casa con ganas de dormir. ¡Ayer fue Viernes trece! No me di cuenta hasta que escribí la fecha en mi cuaderno y me di cuenta que el día se apagaba lentamente hasta tornarse oscuro, triste y tedioso. Ayer también hubo un pequeño pero sonoro temblor en la ciudad, no lo sentí, pero me dio curiosidad cómo el pánico puede transformarse en una epidemia de temer.
Dicen que lo peor no es la guerra en sí, si no los años que le siguen. ¿No fue eso lo que pasó con la Gran Guerra? Alemania se hundió junto con otras naciones en una crisis económica y social que transformó el espíritu de la población en ruinas sin esperanza y las ciudades peor aún. Creo que eso es algo que se aplica siempre... por eso que hoy, "el día después del viernes trece" todo se siente tan vacío. Neutral, muchos de nosotros estamos neutrales. Sí pues... uno prende la tele y se encuentra con propagandas de polvos que ayudan a disminuir la impotencia sexual y sartenes que no se rompen con nada del mundo. ¿Se dan cuenta? He estado tocando el piano desde temprano y comienzo a asustarme porque mis pesadillas regresaron "reloaded". Éste sábado parece domingo, siempre me he preguntado porqué los domingos son un día tan lento, debe de ser porque todo está cerrado o porque sin darnos cuenta, la conciencia nos remuerde al recordar que es un día santo.
Anoche necesitaba alcohol, hace tres años necesitaba alcohol, sigo necesitando alcohol. Pero maldición, no puedo tomar ni una gota pues intento fomentar el auto-control en mi espíritu. Como verán, lo más probable es que me tome una sangría por la tarde en el almuerzo y termine hablando tonterías (de nuevo).
Después de tantos años, sigo imaginándome fumando pero no tengo las bolas para ir a comprarme una cajetilla de Hamilton o de intentarlo cuando me lo ofrecen. No... creo que así estoy bien.
Mejor me voy a tomar mi jugo de durazno.

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