domingo, 8 de agosto de 2010

¡Agosto!

Un pedazo de pizza cerca de la parada después de haber pasado mi segunda misa del año sin dormirme. Hoy día durante el almuerzo en una rústica pero simple cevichería no muy lejos del Centro de Lima, un dúo espléndido tocó boleros y canciones cubanas hasta que los aplausos salieron a la fuerza de todos los presentes. Canté, tomé y me retiré con mis padres al cementerio pues hoy es el cumpleaños de mi abuelo paterno. Nunca le hablé demasiado, la verdad es que no tuve el placer de escuchar alguna vieja historia o de recibir una caricia de sus maltratadas manos, pero el hecho mismo que es "mi abuelo" me hace recordarlo en las fechas importantes. Dejamos flores (me hirió una espina de rosa, un sueño cumplido) y luego fui a la Confirmación.
Esta entrada es corta porque dentro de unos minutos van a asesinarme con continuar en la computadora después de hermosas semanas de adicción.
Sí... mañana regresamos al colegio. Nadie quiere regresar, y me incluyo en ese grupo.
Que infelicidad es regresar, de verdad.
Lo bueno son las compañías que valen la pena, uf... y los recreos y las salidas y las clases donde me pongo a leer y escribir.
¡Comienza un nuevo bimestre!
Ojalá que me puedan desear éxito a mí y a todos los que estamos inútilmente jodidos en algunas materias.
Ya saben la historia...
Req.
PD: Aprovecharé los fines de semana para escribir.

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