domingo, 23 de diciembre de 2012

3:48

Anoche después del concierto y casi a dos días del escándalo hablamos por teléfono. Se sintió mejor, me agradeció por el escrito y admitió por enésima vez que no le molestaba, a pesar de todo, que me dedicara a lanzar a flechasos sus verdades más escondidas. Después de unas cuatro horas llegamos a la misma conclusión de todas las noches pero esta vez fue diferente. 
Se nos han acabado las razones. Quizá la creatividad. 
Me dio las gracias por consolarla todo este tiempo, hace unos días y colgó el teléfono después de casi diez minutos de profundo silencio. Yo también me despedí.
Aún tenemos mucho de qué hablar.
Cada día me sorprenden más las cosas que me entero. 


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