"No le digas a nadie que te amo más allá del verbo amar. Ya nadie suele sentirse de esa manera, el amor en sí es un término tan vacío, tan mal usado, manoseado, quizás tu y yo seámos parte de esos últimos seres que saben qué es cerrar los ojos e imaginarse verdades. Como yo, cuando traigo tu presencia a mi lado cuando veo musicales aunque estés a kilómetros de distancia, como tu cuando te quedas parado a la mitad de la calle al sentir el olor a champagne de fresa... y yo no estoy ahí. Yo soy mala en algunos secretos, como el nuestro, por ejemplo, verás... no puedo dejar de decírle a todo el mundo que me haces muy feliz, todos los días, cada minuto, cada segundo. ¿Pedir que no me sueltes es mucho? No sé, tú contéstame, cuéntame un chiste y abrázame, atrápame si puedes, aunque inconscientemente, querré siempre perder el juego. No le he dicho a nadie que los dos somos música, imagínatelo, decirle a alguien que somos música encarnada, debe de sonar muy presumido, muy arrogante ¿Lo hace? Si la primera vez que nos miramos fueron semifusas, si soy la clave de sol de tu día cuando aparezco, si eres la sinfonía de mi mañana, el tango de mi atardecer y la sonatina de mi noche ¿Entonces somos música? Yo creo que sí, yo creo que va en serio, mi vida.No tengo la menor idea, ya no me acuerdo qué dicen éstos renglones de arriba, porque hace mucho no dejaba que mis manos escribieran todo lo que me nace, ya no corrigo mi ortografía, ya no elimino partes aburridas, al diablo a quien no le guste, a quien le de flojera enterarse o cólera saberlo.
Te amo muchísimo.
Siempre lo haré, y espero que nunca te olvides de eso"
Tuya,
Bárbara.
No hay comentarios:
Publicar un comentario