Lady Oscar tomaba vino con el conde Hans Axl Von Fersen frente a la chimenea, mientras este le cuenta la experiencia que tuvo con una misteriosa mujer durante uno de los bailes en palacio. En un arranque, al darse cuenta de la verdad, el conde le cogió fuertemente la mano a la Comandante de la Guardia Real, Oscar François de Jarjayes.
-Aún cuando trates de ocultar que eres una mujer, exsiten actitudes que no son tan fáciles de difrazar.
Su copa de vino estalla en pedazos y Lady Oscar sale corriendo de la habitación hacia las afueras.
El conde la observa partir hasta que decide ir a buscarla en medio de la noche. La encuentra con la cabeza de rubios cabellos agachada y apoyada contra una puerta, llorando en silencio.
El conde la observa partir hasta que decide ir a buscarla en medio de la noche. La encuentra con la cabeza de rubios cabellos agachada y apoyada contra una puerta, llorando en silencio.
-Si yo hubiera sabido que tú eras mujer desde el primer momento en que te vi yo...-¡No digas nada! ¡Te lo suplico! Ya no tiene caso. En este mundo solo existen dos amores en este mundo, un amor lleno de felicidad y uno de angustia...- Lady Oscar rompe a llorar. -Y el mío está condenado a la desesperación-Escúchame. Solo un tipo de amor: el amor lleno de angustia- responde el conde Fersen, con los ojos llenos de lágrimas.-Sabía que algún día llegaría este momento- se sonríe tristemente -Nuestra amistad llega a su fin... Despidámonos.-Te suplico por lo que más quieras que nunca olvides que has sido la mejor amiga que he tenido y que yo he intentado ser para ti un buen amigo y un apoyo en todo momento...-Jamás. Jamás te olvidaré- le responde, aún dándole la espalda.-Adiós, querida amiga. Adiós
El conde Fersen da la media vuelta para partir lejos de la comandante de la Guardia Real. Lady Oscar gira a observarlo, con los ojos llenos de lágrimas sin impedir su partida. "Dios mío, ten misericordia de Fersen y que algún día le concedas la felicidad de amar y ser amado" piensa, mientras regresa a la habitacion a recoger los vidrios rotos de la copa y continuar en un llanto silencioso e imparable.
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