Toqué fondo.
Bye.
-Aún cuando trates de ocultar que eres una mujer, exsiten actitudes que no son tan fáciles de difrazar.
-Si yo hubiera sabido que tú eras mujer desde el primer momento en que te vi yo...-¡No digas nada! ¡Te lo suplico! Ya no tiene caso. En este mundo solo existen dos amores en este mundo, un amor lleno de felicidad y uno de angustia...- Lady Oscar rompe a llorar. -Y el mío está condenado a la desesperación-Escúchame. Solo un tipo de amor: el amor lleno de angustia- responde el conde Fersen, con los ojos llenos de lágrimas.-Sabía que algún día llegaría este momento- se sonríe tristemente -Nuestra amistad llega a su fin... Despidámonos.-Te suplico por lo que más quieras que nunca olvides que has sido la mejor amiga que he tenido y que yo he intentado ser para ti un buen amigo y un apoyo en todo momento...-Jamás. Jamás te olvidaré- le responde, aún dándole la espalda.-Adiós, querida amiga. Adiós
Por otro lado los Yaguas parecen ser una tribu mucho más tranquila y con un estilo de vida más organizado y dedicado a la caza y la pesca sin estar demasiado abiertos a los extranjeros. Cuando llegué no vi a casi ningún niño y fuimos atendidos por el jefe de la tribu, así como las mujeres y los hombres más ancianos. Compré un collar de huesos de boa y un colmillo de jabalí. Los niños Yaguas tienen el cabello de un tono amarillento, claro signo de desnutrición.
En esta ciudad aprendí lo que es una ducha de agua helada que se lleva amargura y desacuerdos por el desagüe para darle paso al ronroneo de la vida nocturna. Dicen que aquí todo es fiesta por la noche, pero he venido hasta acá arrastrando nudos que aún tengo que desatar y solo se me ocurre seguir escribiendo por las noches.