Los fines de semana se caracterizan por ser largos pero uno siempre los siente cortísimos. No me alegra que sea domingo ni que falten horas para regresar a la rutina de todos los días o para que mi papá firme esos malditos papeles que destruyen mis cimientos familiares.
Exámenes, ya conocen la historia.
Necesitaba pasármela por aquí antes de retirarme. Ya no suelo entrar en las semanas y utilizo cuadernos y paredes para desahogar cualquier pensamiento que tenga, por lo menos, la depresión ya no regresa con tanta fuerza y el miércoles será enteramente mío, pues estaré con el coro fuera del colegio.
No puedo creer que ya estemos en el mes de setiembre. No puedo creer que falte poco para mi cumpleaños, que mañana tenga un examen de gramática y que me la haya pasado como un topo leyendo todo el fin de semana por pura diversión.
Me he vuelto un poco insensible, de alguna manera.
Pero todo esta bien, todo estará bien. He comprado libros, he escuchado a Dvörak por las noches y los desayunos son más ricos desde que mi mamá decidió dejar de usar ese queso light que sabe a plástico de casa de Barbie.
Octubre, mes de conociertos.
Noviembre, feliz cumpleaños.
Diciembre, feliz navidad.
Enero, "Hola último año"
Buenas noches.
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