Después de los últimos días, hoy me sacaron de mala gana a un parque lleno de fuentes de agua. Comí un algodón de azúcar después de tanto tiempo que ya no recuerdo cuando fue la últim avez, compré dos manzanas rojas de azúcar y regresé a casa. Mañana regreso a consultorio, a comenzar todo desde cero con la esperanza que esta vez funcione y pueda solucionar los nudos toscos que me amarran los pies últimamente. Han pasados semanas de los mismos episodios, de insomnio y de relojes marcando las tres de la madrugada mientras me levanto de la cama y tengo ganas de llorar, porque puedo morir en cuanto me duerma y no me despedí de nadie. Desde hace meses, dormir es una tortura.
Pero hoy encontré fotografías de una chica que estudió conmigo y nunca me cayó del todo bien, pero se veía feliz. Mandó a que le tomasen fotos de estudio con su enamorado y se le veía tan contenta, querida y llena de esperanza que me hizo pensar que ya no importa.
Lejos de todo el miedo y pánico que me mantiene despierta toda la noche, al otro lado de lo mal que se han puesto las cosas, aún hay una luz que no me pertenece pero que existe.
Si yo me hundo pronto en la oscuridad y no vuelvo a salir, me arregla no arrastrar a nadie conmigo, o por lo menos, eso esperaría.
Cuando me entierren, quiero que crezcan flores sobre mi cuerpo.
B.
1 comentario:
a veces no sé si lo que escribis es e otro autor o es tuyo... y me preocupa, xq no sé si poner "qué bien escrito que está esto"
a poner "espero que te recuperes de sea lo que sea que tengas"
nos estamos hablando! algún día cuando quieras, agregame
vcll_94@hotmail.com
besos!
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