martes, 9 de octubre de 2012

Ocaso

Llueve sobre octubre y sobre la ciudad. Parece como si todo se hubiera ido de cabeza en tan solo cuestión de días y de escupitajos despreocupados de un clima extraño. Caminaba regreso a casa y pensaba que estábamos juntos, pero en realidad no era ni nunca fue así. En octubre me siento debajo de la ventana a verme las cicatrices y escarbar entre los mapas de la piel para ver si puedo acordarme las oraciones y comas que se me van de la mente en el ocaso. En octubre ella deja el lapicero encima del mantel blanco y se pregunta cuándo cambiará, si es que el día de mañana hará menos frío por la noche y los abrazos no serán algo tan complejo. En octubre él camina hacia ningún lado y también piensa en abrazos, pero ni las cifras más profundas y perdidas en el océano de las memorias, podría acercarse al número real de abrazos que no recibió por miedo a incomodar. Así son las personas, dijo alguien, simplemente las personas son así.
Yo pensando en ellos mientras regreso a casa y pienso Qué bien se está en octubre, como si todo se hubiera ido de cabeza, como si pudiéramos dejar las separatas debajo de la cama, sacar los libros y regalar abrazos, cinco segundos de caminata debajo de la lluvia antes de recordar que siempre estuvimos separados.
Llueve sobre octubre y no sé qué es lo que estoy buscando entre risas y cortes y encogerse los hombros y decir No lo sé, No lo entiendo, Comprendo. Está bien, siempre todo ha estado bien.
Como si no me hiciera agua entre los dedos cada vez que llega el ocaso.
Y no tachara tantas veces las palabras, por miedo a terminar la oración.




1 comentario:

Penélope dijo...

Hola Requiem!

Me gustó especialmente este fragmento, relato o lo que sea ¿para que ponerle nombre? Me gustó porque me sentí identificada, y a todos nos gusta sentir que no somos los únicos sintiendose de una forma. Hubo una vez en la que estuve enamorada de una persona fría, golpeada pr la vida, a la que me moría por demostrar todo mi amor y afecto y cariño. Pero el simple hecho de abrazar le repugnaba, así que me contenía. "se pregunta cuándo cambiará, si es que el día de mañana hará menos frío por la noche y los abrazos no serán algo tan complejo."
Con esa frase me compraste totalmente.

Creo en el valor de los pequeños actos, en el significado de las pequeñas muestras de cariño, en el significado de todo lo que nos rodea.

Bueno, eso es todo :)