sábado, 7 de junio de 2008

Profundo

Ayer grité. Tan fuerte que creo que los vecinos salieron por las ventanas a ver que ocurría. Una amiga lo llama vomito verbal, pero yo creo que fue mas que nada, vómito de todo lo que acumulé desde hacía años. Nunca había gritado de esa manera. Menos en frente de mi mamá. Siempre esperaba que llegara la noche para llorar en mi habitación, o que todos se fueran de casa para sollozar libremente. Pero ayer fue diferente. Me llamé a mi misma desperdicio y luego no quise comer. Y aunque no me guste recordarlo porque comienzo a llorar otra vez, se que cosas como esas no se olvidan. Ni se pueden contar a nadie porque nadie es capaz de entenderlas completamente. Siempre habrán los "Quien tiene la razón" Ahora tengo mi nariz adolorida y el alma más quebrada que de costumbre. Si tuviera (y me gustaran) los vestidos, me pondría uno y luego daría vueltas, hasta desaparecer. Un tiempo fuera de aquí no será tan malo, la última vez un amigo encontró un pedazo de papel donde afirmé que nadie iba a extrañarme si me iba. Supongo que si lo harán... pero aunque eso pase necesito un tiempo sola, más de lo que estoy ahora. Un par de días para pensar y descansar. Para crear un nuevo universo con más castillos invisibles con mazmorras llenas de fantasmas... de tratar de encontrar la razón de tener una creatividad tan sombría.

2 comentarios:

bettylis dijo...

Un par de días para pensar y descansar yo =somos muchoss creo

ELoísa dijo...

Entiendo todo eso tan bien.
Yo también quiero días libres para pensar y que nadie me hable hasta que tenga todo claro. Empezar de cero.