sábado, 7 de junio de 2008

Profundo

Ayer grité. Tan fuerte que creo que los vecinos salieron por las ventanas a ver que ocurría. Una amiga lo llama vomito verbal, pero yo creo que fue mas que nada, vómito de todo lo que acumulé desde hacía años. Nunca había gritado de esa manera. Menos en frente de mi mamá. Siempre esperaba que llegara la noche para llorar en mi habitación, o que todos se fueran de casa para sollozar libremente. Pero ayer fue diferente. Me llamé a mi misma desperdicio y luego no quise comer. Y aunque no me guste recordarlo porque comienzo a llorar otra vez, se que cosas como esas no se olvidan. Ni se pueden contar a nadie porque nadie es capaz de entenderlas completamente. Siempre habrán los "Quien tiene la razón" Ahora tengo mi nariz adolorida y el alma más quebrada que de costumbre. Si tuviera (y me gustaran) los vestidos, me pondría uno y luego daría vueltas, hasta desaparecer. Un tiempo fuera de aquí no será tan malo, la última vez un amigo encontró un pedazo de papel donde afirmé que nadie iba a extrañarme si me iba. Supongo que si lo harán... pero aunque eso pase necesito un tiempo sola, más de lo que estoy ahora. Un par de días para pensar y descansar. Para crear un nuevo universo con más castillos invisibles con mazmorras llenas de fantasmas... de tratar de encontrar la razón de tener una creatividad tan sombría.

Reino inexistente


"Todos tienen derecho a conocer el verdadero amor..." El Rey (Película III)
Ahora he aprendido que ver a las películas de Disney donde hay princesas me hace sentir mas diferente que de costumbre. La Cenicienta fue esta vez. Al final de la película lloré, no se si fue por recordar que esa clase de historias se quedan atrapadas en una pantalla, o por recordar cierta parte de mi infancia. Cuando una película como esa se acaba, ponen una canción que te hace pensar en la persona que mas quieres. Y me siento infantil. Pensando en esas cosas a las cuales yo siempre llamé "bobadas de adolescentes" imaginando cuentos de hadas ¿Que demonios me ocurre? Debe de ser uno de esos días donde te encuentras con el yo que nunca quisiste ver. Y que evitas día a día. Si... recuerdo que quise a alguien una vez, y ahora con la canción en mi mente la recuerdo, y como solía hablarle pensando que al final podía pasar algo. Y claro que no ocurrió nada y perdí todo interés en las fantasías de esa clase... necesito saber que me pasa, porque están las ganas de llorar y de volver a ser pequeña para aprovechar el tiempo que no usé. Ver más películas, creer en princesas y bobadas... Empiezo a creer ¿Creer en que?

domingo, 1 de junio de 2008

Lorenzo

Salí a comer con mi madre. Tu estabas con la tuya y tu hermana mayor esperando a que llegara el autobús. Tu hermana me vio y comentó que me conocía. Me viste con tus ojos verde claro, detrás de tus gafas. Tu pelo brillaba un poco con el sol que había en el cielo. Te acercaste timidamente y luego agarraste una parte de mis cabellos, te los acercaste y dijiste "¿Este es tu cabello? ¡Si es demasiado hermoso!" Tu mamá se rió disimuladamente, tu hermana desvió la mirada y yo no sabía que hacer. Te sonreí ¿Que decirte? Luego de unos segundos de mirarme con tus ojos verdes, como si quisieras ver que tengo dentro, dijiste con una gran sonrisa "¡Estoy enamorado!" ¡Ay Lorenzo! ¡Si supieras! Nunca me dijeron tales palabras en toda mi vida, fuiste la primera persona y lo hiciste con tal inspiración... Me pediste un beso, y te ocultaste después. No olvidé ese día Lorenzo. Te veo en tus clases en la escuela y te saludo, no me has olvidado y eso me alegra. Tal vez dentro de mucho tiempo, podemos estar juntos como lo deseas Lorenzo, a lo mejor... encontramos lo que buscamos. Por cierto... ¿Cuándo cumples diez años? ¡No recuerdo el día de tu cumpleaños!